
Al decir verdad me cuesta mucho el pensar en cual ha sido la mejor clase que he realizado, desde el tiempo que llevo ejerciendo la profesión docente. Mirando a tras tengo algunas difusas imágenes de cual ha de ser esa clase tan especial que he realizado. Bueno voy ha ser sincero no tengo dentro de mi cabeza esa gran clase que cumple todas las expectativas de mi y de cualesquier experto en educación que hubiese estado en el aula al momento de desarrollar aquella clase que descollara entre mis experiencias. Por lo tanto lo que voy hacer es mentir he inventar cual pudo ser mi mejor clase cumpliendo con los requerimientos que una buena planificación, la suerte( como trabajamos con personas, esta es una variable muy difícil de controlar, por lo que se requiere una cuota de fortuna) y un adecuado manejo del grupo de alumnos, puedan entregar a mi haber.
Era una mañana fría de invierno, y el curso al cual debía hacer clase era un segundo año medio, el tema era la Independencia Nacional. Partía yo esa mañana con mi libro de clase bajo el brazo y sin nada más que mis ideas. (he decidido dejar fuera de este relato toda clase de recurso tecnológico, como una forma de plantear que una buena clase no necesariamente requiere recursos) Lo primero, es que el tiempo me jugó a mi favor, pues como la lluvia arreciaba, quienes no están tan motivado prefieren empezar la mañana en vez de clases, viendo “el matinal de Chile”, por lo que la concurrencia, no era en ningún caso masiva, sino al contrario, estaban para mi fortuna los alumnos motivados a quienes no le importa pasar frío ni mojarse un poco, por llegar hasta la escuela a cumplir con lo que nosotros llamamos su deber. El comienzo de la clase tuve, parte con la motivación de rigor, la idea es que los alumnos, tomen conciencia y reflexionen en torno al de la emancipación nacional, por lo cual comencé planteándoles que en este 18 de septiembre no había nada que celebrar. Esto causo expectativas, y mucho de ellos trataron de buscar inmediatamente un a respuesta para explicares por que yo, su profesor de historia les decía esa barbaridad, que iba contra todas las cosas que desde pequeño les habían enseñado. Esto quiebre cognitivo, me sirvió para atraer su atención también, para que luego preguntarles todo lo que sabían sobre nuestro proceso de independencia y no encontrar en sus registros una respuesta que calzara con semejante comentario salido de mi boca. Parto entonce con sus conocimientos previos y comienzo a explicar en que consistió el proceso de independencia, pero a grandes rasgos, lo que constituyó que ellos pudieran recordar y complementar los que no sabían. Pasada la explicación, los alumnos trabajan ,con su texto de estudio buscando las pistas que le pudieran corroborar la información que y les había dado. Trabajan en grupos y buscan, la forma de entender el proceso de independencia, para posteriormente entregarme un informe de porqué yo afirmaba semejante afirmación, el trabajo grupal resulta todo un éxito y 15 minutos antes de terminada la clase me dedico leemos los informes y llegamos a una serie de conclusiones, con lo cual termina ellos apropiándose de los contenidos, resolviendo la problemática que se les había planteado. Esta clase ha sido todo u éxito, porque para los alumnos, tenia un sentido el buscar y entender para logar su equilibrio cognitivo.


